Mutilación Genital Femenina en Somalia.

Mutilación Genital Femenina en Somalia.

La mutilación genital femenina (MGF) consiste en un procedimiento en donde, de forma intencional y por motivos no médicos, se alteran o lesionan los órganos genitales femeninos. En Somalia, uno de los problemas endémicos más graves del país es la violencia y el acoso sexual hacia las mujeres y niñas. La UNICEF asegura que el 98% de las mujeres en este país africano han sido sometidas a esta violación de derechos. La MGF en la mayoría de los casos se practica en la infancia, durante algún momento entre la lactancia y los 15 años.

Causas de la mutilación genital femenina en Somalia.

La mutilación genital femenina es un una práctica considerada normal en partes del continente africano. En exactamente 30 países, esta costumbre es practicada en casi todas las mujeres por distintos motivos que difieren de una región a otra, aunque estos siempre van vinculados por creencias y orden socioculturales entre las comunidades. 

Uno de los principales motivos por el cual se mutilan los órganos genitales de la mujer es que se considera parte de la crianza de la niña, como preparación para la vida adulta y el matrimonio. La MGF es vista como una conducta sexual aceptable que tiene como propósito prevenir la pérdida de la virginidad de la mujer antes del matrimonio y la fidelidad al hombre en él. En algunas comunidades se tiene la creencia de que ayuda a resistir la tentación a relaciones coitales extraconyugales. Esto en realidad se debe a que las mujeres cuya abertura vaginal ha sido sellada sufren del miedo al dolor que causaría su apertura o que sea descubierta; esta es la verdadera razón por la cual las mujeres evitan la infidelidad. 

Pues deben respetarse las reglas tradicionales del grupo; para prevenir la promiscuidad sexual; para mejorar el acto sexual masculino, porque el clítoris provoca la eyaculación prematura, y el hombre debe controlar todos los aspectos del acto sexual; para incrementar las oportunidades matrimoniales de la mujer. Ligado a este último punto, para mantener la buena salud, preservar la virginidad y favorecer la fertilidad femenina, ya que el clítoris produce substancias que matan al espermatozoide. (Castañeda, 2002: 7).

Además, la mutilación genital femenina es asociada con los modelos estándares culturales de feminidad y belleza, que brinda la idea que las niñas son puras y hermosas una vez que se eliminan de su cuerpo las partes consideradas impuras o masculinas. La práctica ritual también se ha interpretado como un sacrificio de las partes más eróticas del cuerpo femenino para obtener la protección de la divinidad.

  Pese a que no se han encontrado ningún escrito religioso que prescriba la práctica, quienes la llevan a cabo normalmente creen que tiene un respaldo religioso. En la mayoría de las sociedades africanas en las que se acostumbra la MGF, se le tiene en cuenta como parte de una tradición cultural. Este argumento se utiliza a menudo a modo de pretexto para mantener la práctica.

 Consecuencias de la mutilación femenina en Somalia

La mutilación genital femenina no causa nada más que sufrimiento a la víctima. El doloroso procedimiento no aporta ningún beneficio a la salud de las mujeres y niñas, este en cambio puede causar severos problemas, que incluye hasta la muerte. Los problemas más comunes que presentan las mujeres somalíes quienes sus órganos genitales han sido mutilados son: dolor intenso, hemorragia, inflamación en los tejidos genitales, infecciones como el tétano, problemas urinarios y la muerte. 

Las mujeres también sufren de consecuencias por el resto de sus vidas. La mutilación les causa infecciones en el tracto urinario, al igual que enfermedades vaginales como leucorrea, prurito, vaginitis bacteriana entre otras. Sus menstruaciones se convierten aún más lastimosas por la dificultad de la transición de la sangre menstrual. El coito de las mujeres  es además doloroso y menos satisfactorio. 

La mutilación puede hacer que el primer acto sexual sea una terrible experiencia para las mujeres. Puede ser extremadamente doloroso e incluso peligroso si a la mujer se le debe de realizar una incisión. Para algunas mujeres el acto sexual sigue siendo siempre doloroso. Aunque no sea así, la importancia del clítoris para experimentar placer sexual y conseguir orgasmos sugiere que la amputación parcial o total del clítoris debe de afectar negativamente a la satisfacción sexual. (Álvarez, 2001:21).

La mutilación puede hacer que haya riesgo de complicaciones durante el parto, este se vuelve muy difícil y es probable que cause hemorragias, se convierta en cesárea e incrementa la mortalidad neonatal ya que se aumenta el riesgo de muerte del recién nacido. Sumándole a todas estas complicaciones que conlleva la mutilación genital femenina, también está la posibilidad de que se necesite aún más intervenciones quirúrgicas. Después de que se selle o estreche la abertura vaginal se debe de practicar un corte para ensanchar la abertura y así hacer posible el coito y el parto. Como en tantas ocasiones la zona genital es cosida en aperturas y cierres sucesivos e incluso luego de que la mujer dé a luz, se amplifica la probabilidad de que ocurran riesgos tanto inmediatos como a largo plazo. Las mujeres además sufren de trastornos psicológicos como depresión, ansiedad, estrés postraumático y escasa autoestima.

  En conclusión, la mutilación genital es un acto inhumano y atroz que  millones de mujeres deben de sufrir por el simple hecho de nacer con vagina. Son consideradas inferiores y como un ser reproductor sin el permiso de sentir placer. Nos muestra cómo el patriarcado empoderado impone estas acciones consideradas tradicionales para mostrar su poder y evitar que las mujeres puedan disfrutar de las relaciones coitales. También le priva el derecho a la vida a miles de mujeres que mueren durante el momento de la mutilación o después por alguna infección. Es importante que los países africanos como Somalia tomen acciones al respecto como lo ha hecho recientemente Sudán que penalizará la mutilación genital femenina. El país ha presentado un proyecto de ley que encarcelará por tres años a quien realice esta práctica en cualquier niña. Esperemos que los países vecinos tomen acciones parecidas o aún más fuertes para ponerle fin a esta tradición tan retrógrada. 

Image Credit: Fang-Chun Liu/Shutterstock.com

Bibliografía

Álvarez, C (2001) Sobre la mutilación genital femenina y otros demonios. Universitat Autónoma de Barcelona: Barcelona.

Castañedas, J (2003). Fronteras del placer, fronteras de la culpa, propósito de la mutilación femenina en Egipto. Colegio de México: México D.F

My name is Dahiana Gussoni. I was born and raised in Costa Rica, a small country in Central America. Since little my parents have penetrated me this fear of going outside alone and being raped or killed. You might think they are exaggerating, but in reality they are not. There are lots of men that are not respectful in any way, there is always the chance of being touched or catcalled. It has happened to me even when I am walking with my dad. We are taught to live with it, to ignore and walk away from it. I certainly don't believe this is okay and SHOULD NOT be normalized like something women should bear with in their everyday life. Costa Rica is considered a peaceful and progressive country (it is the first Central American country to legalize same sex marriage), but it continues to have deeply sexist ideologies that defend the man as the head of the family; it prevails the belief that women must be submissive to male authority. This is shown on the 364 women that have been killed in almost a decade and a half in my country of only 4,999 million. Each of them had a name, a family and a future, but they died violently at the hands of men who believed they were their owners. They ended their existence out of a desire for dominance and control. I hope that through SHEQUALITY I can inform how women are treated in my country and in all Latin America to bring awareness and justice to all those women that are not here anymore. I believe that if women are still being murdered for the simple fact of being a woman, when girls continue to be raped, and laws to protect women are still being discussed in Congress our job as young women has not finished. It is our obligation to bring justice and raise our voices to stop this violation of human rights.

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